Es una terapia grupal dirigida a personas mayores sin deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo leve asociado a la edad.

Cuando una persona comienza a tener las habituales pérdidas de memoria asociadas a la edad, podría comenzar a desarrollar algún tipo de discapacidad, aunque sea en un grado muy leve.

De hecho, las personas mayores tienen un riesgo más elevado de padecer alguna enfermedad que repercuta en el estado de su cognición y este riesgo aumenta cuando las condiciones ambientales son poco estimulantes.

Sin  embargo, si la persona se mantiene activa y estimulada, intelectual y físicamente, puede disminuir o ralentizar el declive cognitivo y funcional, dinamizando aquellas áreas cognitivas preservadas y evitando el desuso que puede venir derivado de la falta de competencia en otras funciones superiores.

En este sentido, el entrenamiento cognitivo es una estrategia de medicina preventiva que persigue evitar el deterioro mental en las personas mayores. Por lo tanto, se puede aplicar a cualquier persona mayor sin tener que esperar a la aparición de una demencia y puede tener un papel relevante en la prevención de la misma.

En definitiva, es bien conocido que las personas mayores sufren un envejecimiento cognitivo que requiere de la estimulación de las funciones intelectuales para prevenir el deterioro de las mismas. Los diversos estudios realizados sobre este tema sugieren que la participación frecuente en actividades que estimulan la cognición puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer y otras demencias en los ancianos.